lunes, 5 de octubre de 2015

Jacques Offenbach.


Jacques Offenbach, falleció el 5 de octubre de 1880 en París, Francia, fue el creador de la opereta moderna, de la comedia musical, y uno de los compositores más influyentes de la música popular europea del siglo XIX

Jakob Eberst (Jacques Offenbach), nació el 20 de junio de 1819 en Colonia, Alemania, fue un compositor y violonchelista judeo-alemán nacido en la Confederación Germánica, convertido al catolicismo y nacionalizado francés.

La opereta francesa tiene en Offenbach a su representante universal, el seudónimo Offenbach derivaría, según algunos, del lugar de nacimiento, que sería la pequeña ciudad de Offenbach, y no Colonia.

Habiendo marchado muy joven a París, siguió durante un año el curso de violoncelo en el Conservatorio y entró después (1834) en la orquesta de la ópera Cómica.

Su primera opereta, Pascal et Chambord, fue representada el 2 de marzo de 1839 en el Théâtre del Palais-Royal, pero no dejó ninguna huella de su nombre.

Alcanzó el éxito en 1849, cuando, habiendo obtenido la dirección de la orquesta del Théâtre Français, escribió la Chanson de Fortunio para la representación de El Candelero de A. de Musset.

Offenbach, abrió un teatro propio, que llamó "des Bouffes-Parisiens", debutó allí el 5 de julio de 1855 con Les deux aveugles y Une nuit blanche, primeras de una serie de 87 operetas (sin contar los arreglos y los trabajos póstumos), la mayor parte de las cuales se estrenaron en su teatro.

Pero hasta 1858 no conoció Offenbach un triunfo auténtico: entre las producciones de aquellos años sólo cuatro merecen citarse: Madame Papillon (1855), que marca el comienzo de su afortunadísima colaboración con Ludovic Halévy, Ba-ta-clan (1855), Tromb-al-Cazar (1856) y Le mariage aux lanternes (1857).

En 1858 los "Bouffes-Parisiens" presencian el estreno de Orfeo en los infiernos; irónico y audaz, Offenbach dibuja en esta obra un retrato despreocupado y realista, aunque parcial, de la sociedad del Segundo Imperio, sazonado con una música irresistible y pegadiza, por su ritmo, por su color y por su gracia melódica.

Siguieron, entre otras, Geneviève de Brabant (1859), Chanson de Fortunio (1861), Bavard et Bavarde (1862), Lieschen et Fritzchen (1863), hasta 1864 en que se representó, en el Théâtre des Varietés, la que se ha considerado su obra maestra, La bella Elena.

A ella le siguieron Barba Azul (1866), La vida parisiense (1866), La Gran Duquesa de Gérolstein (1867), todas con libreto de Meilhac y Halévy, con La Périchole (1868), comienza Offenbach a buscar un mayor refinamiento, una sensibilidad más variada y delicada, un ambiente armónico más cuidado.

Vertvert (1869), La princesse de Trébizonde (1869), Les brigands (1869), Le roi Carotte (1872, con texto de Sardou), Les braconniers (1873); La jolie parfumeuse (1873), los arreglos de Orphée aux Enfers y de Geneviève de Brabant (1874 y 1875) y La boulangère (1875) marcan un continuo progreso en tal sentido, hasta Madame Favart (1878) y La fille du tambour-majeur (1879), que se resienten ya de una atmósfera massenetiana y se encuentran en el límite que separa espiritualmente, aunque no formalmente, la ópera de la opereta. Límite que Offenbach se había propuesto franquear definitivamente con Los cuentos de Hoffmann; esta obra le ocupó los últimos años de su vida y le abrió las puertas de la Opéra Comique, aunque después de su muerte, ya que fueron representados el 10 de febrero de 1881.


ORPHEUS IN THE UNDERWORLD.




JACQUELINE'S TEARS.


 


VALSE DES RAYONS.





LOS CUENTOS DE HOFFMANN  (BARCAROLA).





OVERTURE TO LA BELLE HELENE. 






LES OISEAUX DANS LA CHARMILLE - LES CONTES D'HOFFMANN.





LA VIE PARISIENNE – OUVERTURE.


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