Ana María
Cecilia Sofía Kalogeropoúlou, conocida como María Callas, falleció el 16 de
septiembre de 1977, en París, Francia, fue
una soprano griega nacida en Estados Unidos, considerada la cantante de ópera
más eminente del siglo XX.
María
Callas, nació el 2 de diciembre de 1923,
Manhattan, Nueva York, Estados Unidos,
Convertida
en un mito que sobrepasa con mucho el estrecho círculo de los amantes de la
ópera, a ello han contribuido, sin duda, su portentosa voz, capaz de los
matices y colores más insospechados, y su personal forma de abordar la
interpretación de los personajes en escena, sensual y moderno, su estilo
revolucionó los usos y costumbres de los grandes divos y divas de su época,
mucho más estáticos en sus movimientos, también ayudaron a la gestación del
mito, en buena medida, su desdichada vida privada y su prematura muerte.
Ingresó en
el Conservatorio de la capital helena, donde tuvo como profesora de canto a
Elvira de Hidalgo, su formación fue lenta y nada había en ella que permitiera
presagiar a la futura diva; miembro de la compañía de la Ópera de Atenas desde
1940 hasta 1945, tuvo oportunidad de familiarizarse con los grandes papeles de
su cuerda y de ganar experiencia escénica, el estreno de la ópera de Manolis
Kalomiris El contramaestre, uno de los pocos títulos del repertorio
contemporáneo que abordó en su carrera, y los papeles titulares de Suor
Angélica y Tosca de Puccini y de Leonora del Fidelio beethoveniano, fueron
algunos de los títulos que interpretó en esta primera época.
Tras
rechazar un contrato en el Metropolitan Opera House de Nueva York, marchó a
Italia, donde debutó en la Arena de Verona en 1947 con La Gioconda de
Ponchielli, el éxito que obtuvo en esas representaciones atrajo sobre ella la
atención de otros prestigiosos teatros italianos, cantó Turandot, de Puccini,
Aida y La forza del destino, de Verdi, e incluso Tristán e Isolda, de Wagner,
ésta en versión italiana.
Su personificación
de la protagonista de la Norma de Bellini en Florencia, en 1948, acabó de
consagrarla como la gran soprano de su generación y una de las mayores del
siglo.
La década de
1950 fue la de sus extraordinarios triunfos: en absoluta plenitud de sus medios
vocales, protagonizó veladas inolvidables, muchas de ellas conservadas en
documentos fonográficos de inestimable valor, en las que encarnó los grandes
papeles del repertorio italiano bel cantista y romántico para soprano.
Además,
inició la recuperación de algunas obras olvidadas de autores como Cherubini
(Medea, una de sus creaciones más impresionantes y cargadas de dramatismo),
Gluck (Ifigenia en Tauride), Rossini (Armida) o Donizetti (Poliuto), práctica
esta que sería imitada por otras insignes sopranos como Joan Sutherland o
Montserrat Caballé.
En esos
años, el director de cine y teatro Lucchino Visconti firmó para ella algunos de
sus montajes más importantes, como La Traviata que pudo verse en 1955 en la
Scala de Milán o la Anna Bolena que en la misma escena se representó en 1957.
Su vida
personal, sin embargo, distó mucho de ser afortunada: su primer matrimonio
(1949) con el empresario G. B. Meneghini se rompió al cabo de diez años, y su
posterior relación con el millonario griego Aristóteles Onassis tampoco le
aportó la felicidad ni la estabilidad necesarias para proseguir su carrera.
Ésta perdió
fuerza en la década de 1960, y en 1965 anunció que se retiraba de los
escenarios a consecuencia de su frágil salud, no obstante, no abandonó el
canto, y así, en 1974 realizó junto al tenor Giuseppe Di Stefano una gira de
conciertos por Europa, Estados Unidos y Extremo Oriente.
En estos
años se dedicó también a la enseñanza musical en la Juilliard School, su muerte
repentina, a causa de un ataque cardíaco, dejó un hueco en el mundo de la
lírica que ninguna otra soprano ha sido capaz de ocupar.
MADAME
BUTTERFLY.
CARMEN - HABANERA.
AVE MARÍA.
O MÍO BABBINO CARO – PUCCINI.
"UNA VOCE POCO FA" - ROSSINI
SUICIDIO, LA GIOCONDA.
"BARCAROLLE" OFFENBACH.
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