George
Harrison, falleció el 29 de noviembre de 2001 en Los Ángeles, California,
Estados Unidos, fue un guitarrista, compositor y miembro fundador de los
Beatles.
George
Harrison, nació el 25 de febrero de 1943 en Liverpool, Inglaterra, desde
pequeño, escuchaba todo tipo de música por la radio, desde el viejo music-hall
británico hasta el country de Hank Williams, a los trece años le compró a un
amigo su primera guitarra, por algo más de tres libras, por entonces se hizo
amigo de Paul McCartney, con quien realizaba el mismo trayecto diario en
autobús, Paul le presentó a John Lennon, con quien formaba el grupo The
Quarrymen.
George se
uniría a ellos más tarde, ya que entonces era demasiado joven (catorce años),
Paul era nueve meses mayor, y John le llevaba dos años, por entonces, estaba
enamorado de Fats Domino, Elvis Presley y del rock, aunque lo que tocaba era
skiffle: una especie de rockabilly en el que la percusión consiste en una
escobilla frotando una tabla de fregar, y cuyo máximo ídolo era Lonnie Donegan.
Harrison
participó en la primera formación de los Beatles, con quienes trabajó durante
años en clubes de Liverpool y Hamburgo (Alemania), la historia emprendió el
vuelo cuando, en 1962, el mánager Brian Epstein les consiguió un contrato con
EMI y grabaron, con George Martin de productor, Love me do, durante esa sesión
fue expulsado el batería Pete Best, su sustituto, Ringo Starr, se convertiría
en uno de los mejores amigos de George hasta el final de sus días.
En pocos
meses, el grupo se convirtió en un fenómeno de masas en Gran Bretaña, y en 1964
en el grupo favorito de América con I want to hold your hand. La película A
hard day’s night, estrenada el mismo año, hizo de la beatlemanía un fenómeno
mundial.
La primera
canción de George que apareció en un disco de los Beatles fue Don’t bother me,
del segundo álbum, Meet the Beatles, pero sus composiciones no tuvieron apenas
salida hasta años más tarde, su contribución como guitarra solista al sonido de
la banda fue, sin embargo, decisiva, sus punteos afilados y melódicos,
herederos de Chet Atkins y Carl Perkins, y su acompañamiento vocal a las
armonías de Lennon y McCartney fueron sus señas de identidad más
características.
Harrison,
aportó tres temas al clásico Revolver, entre ellos Taxman, y experimentó con
instrumentos inéditos en el mundo del pop, como el sitar indio (él fue el
introductor de Ravi Shankar en Gran Bretaña), enamorado de la música y la
religión hindúes y gran aficionado al LSD, participó activamente en Sgt.
Peppers Lonely Hearts Club Band (1967), probablemente el disco más famoso de la
historia, que dio el fogonazo de salida al verano del amor, al hippismo y a la
psicodelia, compuso While my guitar gently weeps, una de las canciones más
bellas del álbum conocido como “doble blanco”, para Abbey Road (1969) aportó
dos de sus mejores composiciones: Here comes the sun y Something, el primer single
de los Beatles no firmado por Lennon-McCartney, que fue número uno en ventas en
Estados Unidos.
Poco después
de la separación oficial de la banda, publicó el triple All things must pass
(1970), con material acumulado durante años, fue favorecido como una obra
maestra y contenía el éxito My sweet lord, una oda al Hare Krishna que fue el
primer número uno en ventas logrado por un beatle en solitario, años más tarde,
sin embargo, tuvo que pagar una cuantiosa multa por ese tema, acusado de ser un
plagio involuntario del She’s so fine de The Chiffons.
En 1971
impulsó el Concierto por Bangladesh, junto con Bob Dylan, Eric Clapton y Ringo
Starr, entre otros, del cual se hicieron una película y otro triple disco, sin
embargo, el dinero recaudado estuvo retenido casi una década por culpa de las
disputas legales acumuladas por los Beatles.
A pesar de
las tremendas expectativas creadas, el material publicado por Harrison en los
años setenta no fue de gran nivel: discos como Living in the material world,
publicado en 1973, Dark horse (nombre también de la discográfica que fundó en
1974) o 33 & 1/3 (1976) estaban claramente por debajo de All things must
pass.
A mediados
de los años setenta se separó de Patti, que lo abandonó por su amigo Eric
Clapton (un hecho muy publicitado por la prensa, aunque ambos nunca abandonarían
su amistad), poco después se casó con su segunda y última esposa, Olivia Arias,
que le dio su único hijo, Dhani, nacido en 1978, ese mismo año impulsó la
productora cinematográfica Handmade Films, nacida para sacar adelante la
película La vida de Brian, de los Monthy Python, la compañía se convirtió en
una importante referencia del cine alternativo británico en la década de los
ochenta, aunque fracasó en su intento de ampliar mercados con la fallida
Shanghai Surprise (1986), con Madonna y Sean Penn, y acabó en venta.
Harrison se
alejó de la vida pública tras el asesinato de Lennon en 1980, y publicó la
autobiografía I me mine en 1982, volvió a la actualidad musical con el gozoso
Cloud nine (1987), uno de sus mejores discos, que contenía el éxito Got my mind
set on you, a continuación se sumó al curioso proyecto The Traveling Wilburys,
un supergrupo junto a Bob Dylan, Tom Petty, Jeff Lynne y Roy Orbison,
publicaron dos discos, Volume I (1988) y Volume III (1990, Orbison, fallecido,
fue sustituido por Del Shannon), llenos de optimismo y buenas melodías.
En 1992
publicó el directo Live in Japan, que sería su último disco en solitario en
vida, en 1995 se reunió con los otros dos beatles para grabar sus voces encima
de dos canciones inéditas de Lennon, Free as a bird y Real love, pero por
enésima vez se descartó el regreso de la banda, con su característico sarcasmo,
Harrison declaró: Los Beatles no se reunirán mientras John siga muerto.
En 1999, un
desequilibrado irrumpió en su mansión en Oxfordshire, en el sur de Inglaterra,
y lo apuñaló en el pecho, pudo escapar a la muerte gracias a que su mujer
redujo al desconocido con una lámpara, en sus últimos días, George no dejó de
crear música, grabó su última canción un mes antes de su muerte, A horse to
water, coescrita con su hijo Dhani, y que fue publicada la misma semana en que
se despidió del mundo con el mensaje: Amaos los unos a los otros.
El 29 de
noviembre de 2001, George Harrison murió rodeado de su mujer y su hijo en casa
de un amigo en Los Ángeles, California, su lucha contra el cáncer le había
llevado a varias intervenciones en clínicas de Suiza y Estados Unidos, desde
que se le detectó un tumor en la garganta en 1997.
Mientras el
mundo iniciaba el duelo y miles de aficionados se reunían en lugares
emblemáticos de la memoria beatle -los estudios Abbey Road, en Londres, los
Strawberry Fields de Nueva York o el local The Cavern, en Liverpool.
Su pérdida
conmocionó a generaciones enteras en todo el mundo, sólo un año después de que
los Beatles volvieran al número uno de ventas con el recopilatorio Anthology,
su legado en la obra de la banda más famosa del mundo y dentro de la música
rock es indiscutible.
El carácter
retraído y a veces esquivo de George le valió el apodo del beatle silencioso,
serio, o incluso místico, por su afición a las religiones orientales, en
oposición a la exuberancia y el magnetismo de sus compañeros de banda, sin
embargo, a su muerte, sus amigos recordaron principalmente su humanidad, su
cáustico sentido del humor y su capacidad para disfrutar de la vida y de
aficiones mundanas como la jardinería y los coches deportivos.