Compay Segundo “Máximo Francisco Repilado Muñoz”, falleció
el 14 de julio de 2003 en su casa de La Habana, Cuba, a consecuencia de una
insuficiencia renal, fue un músico y compositor de amplia trayectoria mundial.
Máximo Francisco Repilado Muñoz “Compay Segundo”, nació el
18 de noviembre de 1907 en Siboney, Santiago de Cuba, aprendió siendo niño el
manejo del 'tres' y luego aprendió a tocar el clarinete, participando en el
cultivo del 'son', llegó a ser un popular compositor e intérprete, muy conocido
entre los amantes de la música cubana.
En su casa, empezó a tocar de oído la guitarra y el tres
cubano y a partir de ambos instrumentos invento uno nuevo, el armónico, una
guitarra de siete cuerdas, una de las cuales repite la nota sol.
Estudió luego con el maestro Enrique Bueno y, con quince
años, consiguió ingresar en la Banda Municipal de Santiago de Cuba como
clarinetista, esta actividad, que le aseguraba un sueldo, le permitía en su
tiempo libre cantar y empezar a componer sones.
Su primera composición, el tema Yo vengo aquí, dedicada a
una muchacha de la que se había enamorado, data precisamente de 1922, época en
que empezó a relacionarse con grandes cantantes como Sindo Garay y Ñico
Saquito.
Al despuntar los años 30 integraba el Cuarteto Cuba-nacán,
modesta pero efectiva plataforma de lanzamiento que lo llevó después a trabajar
con el quinteto Cuban Stars que dirigía Ñico Saquito, con el que en 1934 se fue
a La Habana, y allí, tras dos temporadas como clarinetista en la Banda de
Bomberos de Regla, formó en 1938 el Cuarteto Hatuey con Lorenzo Hierrezuelo,
Marcelino Guerra Rapindey y Evelio Machín, hermano de Antonio Machín.
Con ellos vivió una época propicia que los llevó a México, y
allí a participar incluso en el cine, en películas como Tierra brava y México
lindo y querido, a su regreso sumó sus actuaciones como clarinetista en el
famoso trío liderado por Miguel Matamoros en la etapa en que cantaba el mítico
Benny Moré, pero aún tuvo que esperar para que se produjera el gran momento de
su carrera.
El dúo Los Compadres.
En 1949 creó, junto con un compañero del Hatuey, su amigo
Lorenzo Hierrezuelo, guitarrista de Siboney, formo el dúo Los Compadres, nacido
con el propósito de rescatar la música de monte adentro, los sones de su tierra
oriental.
Fue entonces cuando recibió su apodo, ya que a Hierrezuelo
se lo conocía como Compay (diminutivo oriental de compadre) Primo (porque hacía
la primera voz); él, que tocaba el armónico y hacía la segunda voz, pasó a ser
Compay Segundo.
El dúo marcó toda una época de la música cubana, y canciones
suyas como Macusa, Mi son oriental, Los barrios de Santiago, Yo canto en el
llano, Huellas del pasado, Hey caramba, Vicenta o Sarandonga, hallaron entonces
el vehículo perfecto para convertirse en éxitos populares y perdurar.
Los Compadres arrasaban en la Cuba de Fulgencio Batista, y
todo fue fenomenal hasta 1955, en que se produjo una agria ruptura entre ambos
cuando Hierrezuelo prefirió darle el sitio de Repilado a su hermano Reynaldo
(hoy octogenario director de la Vieja Trova Santiaguera) y Compay, principal
inspirador del dúo, se quedó en la calle.
Fue el compositor Walfrido Guevara quien lo convenció de que
debía curarse en salud y poner su nombre al frente de un grupo, así nació
Compay Segundo y sus Muchachos, en el que entraron como cantantes Carlos Embale
y Pío Leyva y que mantuvo hasta el final de su vida, formado ya por dos de sus
cinco hijos, Salvador y Basilio su sucesor en el conjunto actual, Julio Alberto
y Benito Suárez.
En 1970, empezar de nuevo no le fue fácil, durante casi
veinte años actuó en círculos reducidos y con poca o ninguna trascendencia en
los medios, e incluso llegó a tocar para los turistas en tabernas y hoteles de
La Habana.
Su suerte comenzó a cambiar en 1989, cuando el musicólogo
Danilo Orozco lo llevó como invitado especial, junto al Cuarteto Patria y
Marcelino Guerra Rapindey, al Festival de Culturas Americanas Tradicionales que
se celebró en el Smithsonian Institute de Washington.
Después llegó a La Habana el estadounidense Ry Cooder, el
extraordinario guitarrista que pusiera música a la película París, Texas
(1984), de Wim Wenders, e ideó y produjo el disco Buena Vista Social Club
(1997), que ganó un Grammy.
El disco supuso una resurrección de viejas celebridades
Omara Portuondo, Rubén González, Ibrahim Ferrer, Pío Leyva, Eliades Ochoa y el
propio Compay.
Tras la repercusión que alcanzó el disco que le dio fama,
Compay entró por la puerta grande en la elite de los circuitos musicales
internacionales, y se presentó en los más importantes escenarios del mundo, el
Olympia de París al Carnegie Hall de Nueva York, e incluso en la Sala Nervi del
Vaticano, donde actuó ante el papa Juan Pablo II.
Con él cantaron artistas tan heterogéneos como Charles
Aznavour, Raimundo Amador, Cesaria Evora, Martirio, Pablo Milanés, Khaled,
Santiago Auserón.
Grabó nada menos que una decena de álbumes entre otros, Yo
vengo aquí (1996), Lo mejor de la vida (1998), Calle Salud (1999), Las flores
de la vida (2000), Duets (2002) en tan sólo seis o siete años.
Días antes de su muerte, cuando el médico le prohibió el
café y el tabaco, protestó: "yo sé esto y me escondo en un platanar",
ese proverbial sentido del humor lo devolvió por un momento a su infancia en
Siboney, antes del largo recorrido que empezó a desgranar ese gran himno a la
canción cubana que es su Chan-Chan: De Alto Cedro voy para Marcané, llego a
Cueto, voy para Mayarí.
Era un personaje fuera de serie, de un optimismo y ganas de vivir abiertamente ejemplares:
Espero llegar a los cien años y pedir prórroga, como hizo mi abuela (Su abuela
nació esclava y murió con 115 años). Yo voy sacando candela.
En compay, no había pizca
de resentimiento por tantos años de olvido.
SARANDONGA.
SU SEÑORÍA LA CONGA.
LÁGRIMAS NEGRAS.
PARA VIGO ME VOY,
EL CAMISÓN DE PEPA.
ES MEJOR VIVIR ASÍ.
TE DOY LA VIDA.
LA JUMA DE AYER.
AHORA ME DA PENA.
AMOR DE LOCA JUVENTUD.
GUANTANAMERA.
UNA ROSA DE FRANCIA.
LA ENGAÑADORA.
MARÍA EN LA PLAYA.
DESVELO DE AMOR.
CHAN CHAN.
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