martes, 3 de abril de 2018

Johannes Brahms.


Johannes Brahms, falleció el 3 de abril de 1897 en Viena, Austria, fue un pianista y compositor alemán del Romanticismo, aunque se le puede considerar ya un posromántico.

Johannes Brahms, nació el 7 de mayo de 1833 en Hamburgo, Alemania, se le considera el más clásico de los compositores románticos, se mantuvo fiel toda su vida al clasicismo romántico y conservador, influenciado por Mozart, Haydn y, particularmente por Beethoven.

Fue posiblemente el mayor representante del círculo conservador en la Guerra de los románticos, sus oponentes, los progresistas radicales de Weimar, estaban representados por Franz Liszt, los integrantes de la posteriormente llamada Nueva Escuela Alemana y por Richard Wagner.

Nació y se crio en Alemania, donde su obra romántica, conservadora y con un clasicismo muy contenido, no fue bien recibida, por ese motivo, en 1862 decidió autoexiliarse en Viena, donde creó lo mejor de su repertorio sinfónico y de conciertos para instrumentos solistas de diversa clase.

Las expresiones Las tres bes y La santa trinidad (frase acuñada por Hans von Bülow) se refieren a Bach, Beethoven y Brahms como tres de los mayores compositores de la historia de la música.

Era hijo del contrabajista Johann Jakob Brahms (quien le dio sus primeras lecciones de música) y de Hersika Cristina Nissen, su familia era pobre y su infancia transcurrió en los suburbios de Hamburgo, comenzó a estudiar piano a la edad de siete años con el profesor Otto Cossel, y pronto se reveló como pianista aventajado, por lo que, siendo aún adolescente, contribuyó a los ingresos familiares con el dinero que ganaba impartiendo clases, tocando el piano en cafés, bares e incluso burdeles.

Brahms dio recitales de piano en público a partir de los diez años, interpretando sobre todo música de cámara, sus dotes para el piano desde niño fueron tales que un empresario le ofreció la oportunidad de ganar dinero haciendo giras por América, lo que fue rechazado por sus padres.

También a esta edad empezó a estudiar con un prestigioso profesor de Hamburgo, Eduard Marxsen, y comenzó a componer, aunque durante un tiempo tampoco consiguió que el público mostrase interés por sus obras.

En 1853 realizó una gira de conciertos como acompañante del violinista húngaro Eduard Reményi, durante el viaje tuvo ocasión de conocer a Joseph Joachim, que sería amigo suyo durante toda su vida, y que le presentó a Robert Schumann, este último, además de compositor era editor de una revista prestigiosa de música, y atrajo la atención de los críticos y empresarios de música sobre el joven Brahms, lo que contribuyó notablemente a que Brahms se convirtiese en un compositor conocido y apreciado.

Aunque la relación entre Robert Schumann y Brahms duró hasta el fin de los días de Schumann, y Schumann le elogió y llegó a llamarle "El elegido", augurándole un brillante futuro en la música, el vínculo más destacable fue el que tuvo con la esposa de éste, Clara Schumann, una pianista reconocida en aquellos momentos, compositora también y con la que estableció una larga y profunda amistad que tuvo rasgos de amor platónico.

Su primer éxito importante lo tuvo con su Réquiem alemán, la acogida dispensada por el público le animó a terminar su Primera sinfonía, acabada esta obra en 1876, compuso sus otras tres sinfonías en el transcurso de los ocho años siguientes.

A la edad de 57 años, y tras crear una serie de obras de la máxima importancia, Brahms decidió abandonar la composición, sin embargo, no fue consecuente con su decisión, ya que unos años antes de su muerte compuso todavía algunas de sus mejores obras, como el Quinteto con clarinete y las Cuatro Canciones serias.

Muchos han considerado a Brahms como sucesor de Beethoven, como la mayoría de los compositores románticos, Brahms veneraba a Beethoven, quien ejerció una marcada influencia en él, pero también sintió una gran admiración por los grandes compositores de la época clásica, Mozart y Haydn.

Brahms fue un perfeccionista, una muestra de ello es el hecho de que tardase tantos años en acabar su primera sinfonía, algunos expertos opinan que esa sinfonía en realidad no fue la primera, ya que la primera no había llegado a salir a la luz por no sentirse Brahms satisfecho con ella, lo que es cierto es que Brahms rompía con cierta frecuencia composiciones que no estaban a la altura de sus exigencias.

La música de Brahms parte de unas fuentes clásicas muy claras: el clasicismo vienés de Haydn, Mozart y, sobre todo, Beethoven, por otra parte, la influencia de los primeros compositores románticos, como Franz Schubert, Robert Schumann o Felix Mendelssohn.

Es frecuente que la música Brahms se asocie con emociones como la melancolía o la nostalgia, y también se ha dicho que su música tiene un carácter otoñal, todo ello se ha explicado tanto por su carácter como por el hecho de que pertenezca a la última etapa del Romanticismo.

Brahms es reconocido unánimemente como uno de los compositores más importantes en lo que se refiere a la música de cámara, género en el que destacó desde su juventud.

Sus primeras composiciones de cámara, como el Sexteto nº 1 en si bemol mayor op. 18, o el Cuarteto con piano nº 1 op. 25 y el Cuarteto con piano nº 2 op. 26, la culminación de esta primera época se encuentra en el Quinteto con piano en fa menor, op. 34, verdadera síntesis del clasicismo romántico.

Una obra intermedia es el Trío para trompa, violín y piano, op. 40. A partir del Cuarteto de cuerda número 1 y el Cuarteto de cuerda número 2, op. 51, Brahms se ejercita en un tipo de composición más orgánica y cerrada, en el que asimismo comienzan a aparecer todos los aspectos musicales que apuntan hacia el futuro.

A partir de este momento, surgen gran número de obras de cámara de enorme importancia, como el Cuarteto con piano en n. º 3 en do menor op. 60, el Cuarteto de cuerda n. º 3 en si bemol menor op. 67, las tres Sonatas para violín y piano op. 78, 100 y 108, las dos Sonatas para violonchelo y piano, o el Trío n. º 2 en do mayor op. 87 y el Trío n. º 3 en do menor, op. 101, o los dos Quintetos de cuerda op. 88 y 115. E

En sus últimos años, tras conocer al clarinetista Richard Mühlfeld, Brahms compuso una serie de obras en las que se incluye el clarinete, como el Trío en la menor para clarinete, cello y piano op. 114, las dos Sonatas para clarinete y piano op. 120 y, sobre todo, el Quinteto con clarinete en si menor, op. 115, una de sus composiciones más importantes.

A diferencia de lo que sucedió en la música de cámara, Brahms se acercó al género sinfónico con muchas dudas, intimidado por el ejemplo de Beethoven, por esto, sus primeras obras orquestales se apartan del modelo de las sinfonías de Beethoven, como sucede en la Serenata nº 1 en re mayor op. 11, y sobre todo la Serenata nº 2 en la mayor op. 16, en la que ya encontramos el estilo característico de Brahms.

Otro buen ejemplo son las Variaciones sobre un tema de Haydn, op. 56, compuestas a partir de una obra anterior para dos pianos, pero no será hasta mucho más tarde, en 1876, cuando se atreva a finalizar su Primera sinfonía op. 68, a pesar de que estuvo trabajando durante más de veinte años en ella.

Paradójicamente, el éxito de esta obra tan personal y meditada vino condicionado por una supuesta influencia de Beethoven que hizo que algunos la llamaran “la Décima”, en referencia a las nueve sinfonías de Beethoven.

Igual éxito alcanzó Segunda sinfonía en re mayor op. 73, compuesta al año siguiente, las sinfonías Tercera en fa mayor op. 90 y Cuarta en mi menor op. 98 son obras que exploran territorios aún más nuevos en un estilo postromántico.

Las cuatro sinfonías de Brahms constituyen una de las culminaciones del género sinfónico del siglo XIX y se han mantenido constantemente en lo más alto del repertorio sinfónico hasta la actualidad.

Otro aspecto de su música orquestal son sus cuatro conciertos, que también son considerados como obras cumbre del repertorio concertante, el más temprano de ellos es el Concierto para piano nº 1 en Re menor op. 15, el Concierto para violín en re mayor op. 77, el Concierto para piano nº 2 en si bemol mayor op. 83, en sus últimos años, compuso el Doble concierto para violín y violonchelo en la menor op. 102, en el que alcanza una síntesis entre el concierto clásico-romántico y las formas concertantes del barroco.

Brahms compuso además en el mismo año dos oberturas con un carácter completamente opuesto: la Obertura para un Festival Académico, op. 80, muestra la faceta más humorística de su carácter, ya que se trata de una pieza solemne basada en canciones estudiantiles, por el contrario, la Obertura Trágica, op. 81 es una obra sombría y severa.

Brahms compuso ya en su juventud sus tres Sonatas para piano N° 1 op. 1, N° 2 op. 2 y N° 3 op. 5, a pesar de tratarse de obras tempranas en las que se advierte la influencia de las sonatas de Beethoven, se trata de una contribución de gran importancia al género pianístico.

En los años siguientes, Brahms se ejercitará en la composición para piano a través del género de las variaciones: Las Variaciones sobre un tema de Schumann op. 9 serán el primer ejemplo, al que seguirán las Variaciones en re mayor op. 21, las Variaciones sobre un tema de Haendel op. 24. y las Variaciones sobre un tema de Paganini op. 35, muy representativas de su primera época e importantes dentro de toda su producción son las Cuatro baladas op. 10.

En su madurez, Brahms abandona las formas grandes para concentrarse en grupos de pequeñas piezas, como las Ocho piezas piezas op. 76 o las Dos rapsodias op. 79, en sus últimos años, estas formas breves van adquiriendo un carácter cada vez más íntimo y personal, que encontramos en sus Siete fantasías op. 116, los Tres intermezzi op. 117, las Seis piezas op. 118 o las Cuatro piezas op. 119.

Brahms compuso canciones para voz y piano a lo largo de toda su vida, y es uno de los más importantes representantes de la corriente del Lied alemán, casi todas ellas son canciones sueltas, no agrupadas en ciclos, con excepciones como el ciclo de La Bella Magelone, op. 33 o las Canciones gitanas op. 103.

De sus canciones, se puede mencionar Del amor eterno (Von ewiger Liebe op. 43 nº 1), la célebre Canción de cuna (Wiegenlied op. 49 nº 4), Canción de lluvia (Regenlied” op. 59 nº 3), Nostalgia, (“Heimweh” op. 63 nº 9) o El ruiseñor ("Nachtigall” op. 97 nº 1), son muy representativas del estilo de Brahms las Dos canciones para contralto, viola y piano op. 91, también compuso una serie importante de Volkslieder o canciones compuestas sobre melodías populares.

Una de sus últimas obras son las Cuatro canciones serias op. 121 sobre textos de la Biblia que van desde Salomón hasta San Pablo, también compuso diversos ciclos de canciones titulados Canciones de amor ("Liebeslieder Waltzer"), para varias voces y piano, y que abarcan varios ciclos, estas canciones están compuestas en forma de vals y tienen un carácter alegre y popular.

Brahms creó diversas y muy importantes obras para coro y orquesta (sinfonías corales), la principal de ellas es el Réquiem alemán op. 45. La Canción del Destino op. 54, sobre texto de Friedrich Hölderlin, Nänie op. 82, sobre Friedrich von Schiller, el Canto de las Parcas op. 89 sobre texto de Goethe, o la Rapsodia para contralto, coro masculino y orquesta op. 53, también con texto de Goethe, otra obra perteneciente a este género es Rinaldo op. 50, sobre Torquato Tasso, obra cercana al género operístico, en el cual Brahms no compuso ninguna obra.

Las danzas húngaras (alemán: Ungarische Tänze), es un grupo de 21 alegres danzas, basadas su mayoría en temas húngaros. Las danzas 11, 14 y 16, son originales. Duran entre uno y cuatro minutos. Brahms originalmente las compuso para piano a cuatro manos, y luego arregló diez de ellas para piano solo, y algunas otras (nos. 1, 3 y 10) para orquesta.

Otros compositores, notables como Antonín Dvořák, han orquestado las demás, quizás la más conocida es la Danza Húngara 5, en fa sostenido menor (sol menor en la versión orquestal), de todas las danzas húngaras se han hecho innumerables versiones clásicas, acústicas, con nuevas tecnologías, en ellas se encuentran algunas de las piezas más populares del compositor.

Durante casi treinta años compuso obras musicales que han llegado a formar parte del repertorio esencial de la música del Romanticismo, y que ya durante la vida de Brahms fueron acogidas muy favorablemente, de forma que se le consideró como uno de los grandes compositores de su época.


Brahms fue amante de la naturaleza, en sus paseos por los bosques que rodean Viena llevaba siempre caramelos que repartía entre los niños, hacia los mayores era más bien hosco, aunque sus amigos le apreciaban sinceramente, Brahms nunca llegó a casarse, murió a los sesenta y cuatro años en Viena, como consecuencia de un cáncer de hígado, Brahms era considerado un compositor muy importante en su época; un caso atípico en los músicos de su tiempo. 


HUNGARIAN DANCE NO. 5





HUNGARIAN DANCE NO. 6





HUNGARIAN DANCE NO. 8





HUNGARIAN DANCE NO. 21





VIOLIN CONCERTO 1ER MOV. (1/3)





INTERMEZZO, OP.118 NO.2





WALTZ, OP.39, No.15.





LULLABY.





SYMPHONY NO. 2 IN D MAJOR, OP. 73, I. ALLEGRO.





TRAGIC OVERTURE, OP. 81





SERENADE NO. 1 ALLEGRO MOLTO.





EIN DEUTSCHES REQUIEM OP 45.


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