lunes, 30 de abril de 2018

Los niños y la música.

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Tras la Primera Guerra Mundial y los horrores atestiguados por los participantes, se comenzó a generar una preocupación y conciencia sobre la necesidad de protección especial para los infantes, una de las primeras activistas sobre este tema fue Eglantyne Jebb, fundadora de la organización Save the Children, la cual con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja impulsó la adopción de la primera Declaración de los Derechos de los Niños.

En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 836 (IX) del 14 de diciembre, recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebraran dicho día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente.

El Día del Niño es celebrado en diversos países del mundo en diferentes fechas, si bien el día internacional declarado por la Organización de las Naciones Unidas es el 20 de noviembre, en México se celebra el 30 de abril.

La música y el desarrollo infantil.

La música puede ser un vehículo para el desarrollo integral del niño que abarque las áreas cognitiva, social, emocional, afectiva, motora, del lenguaje, así como de la capacidad de lectura y escritura.

La música es un medio de expresión universal, se cree que sus orígenes se relacionan con la propia voz del hombre, los primeros instrumentos musicales aparecieron hacia el año 2500 a.C., en la cultura egipcia. En la Grecia y Roma antiguas, alrededor del siglo V a.C.

Alrededor del siglo V d.C., la era cristiana trajo consigo la aparición de cantos litúrgicos, en la Edad Media aparecieron los cantos gregorianos como la manifestación musical más importante de la época, en los siglos XVII y XVIII apareció la ópera, que con la música instrumental y los grandes compositores de música clásica (Vivaldi, Beethoven, Schubert, Brahms, Mozart y otros), representaron la madurez de la música.

La música comenzó a utilizarse como método terapéutico especialmente en la segunda mitad del siglo XX, debido al reconocimiento de sus efectos sobre el estado afectivo y de atención de los individuos.

Los estudios neuro-anatómicos han demostrado que el hemisferio izquierdo se especializa en el procesamiento del lenguaje y el hemisferio derecho en la percepción y procesamiento de la música.

El cerebro humano funciona por medio de conexiones (sinapsis) que realizan las células cerebrales denominadas neuronas y que son las encargadas de transmitir el impulso nervioso que determina nuestra conducta.

A mediados del siglo XX, un médico otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, inició una propuesta de rehabilitación dirigida a personas con dificultades auditivas o de lenguaje, su programa terapéutico consistía en la estimulación musical a través de escuchar piezas de Mozart y otros compositores clásicos, obteniendo cambios positivos en la rehabilitación del lenguaje y en el desarrollo del habla, a este efecto se le ha denominado “efecto Tomatis”.

Estudios posteriores han demostrado que el escuchar música de Mozart desencadena cambios de conducta (en relación a estados de alerta y calma), afectividad (induce estados emotivos) y metabólicos (aumento del contenido de calcio y dopamina en el cerebro).

Asimismo, al evaluar los efectos de la música a través de registros de electroencefalogramas, se ha encontrado que la música origina una actividad eléctrica cerebral tipo alfa, todo lo anterior se traduce en lo siguiente: la música (sobre todo la música clásica, de Mozart) provoca:

Aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños.

Mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos.

Es una manera de expresarse.

Introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras y fortalece el aprendizaje.

Brinda la oportunidad para que los niños interactúen entre sí y con los adultos.

Estimula la creatividad y la imaginación infantil.

Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio, y el desarrollo muscular.

Provoca la evocación de recuerdos e imágenes con lo cual se enriquece el intelecto.

Estimula el desarrollo integral del niño, al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.

Para concluir la música representa un papel importante en el proceso enseñanza aprendizaje de los alumnos (sobre todo los de educación inicial), por lo tanto, los maestros, las instituciones educativas, los padres y el personal de salud, deben conocer los alcances y beneficios que se derivan del empleo de la música como parte importante de la educación integral del menor.

Por alguna razón que nadie conoce, la naturaleza castiga a los niños haciéndolos crecer.

Quiero ser niño de nuevo para volver a vivir...

Les dejo algunas piezas clásicas animadas, una alternativa para descubrir la música de grandes maestros.


JOHANNES BRAHMS - DANZA HÚNGARA NO.5 (LOS TRES COCHINITOS).





ROSSINI - GUILLERMO TELL (EL LLANERO SOLITARIO)





CHOPIN - LA POLONESA "HEROICA" (PAJARO LOCO Y ANDY PANDA)





PYOTR ILYICH TCHAIKOVSKY'S - DANCE OF THE SUGAR PLUM FAIRY (DISNEY)





L.V.BEETHOVEN - SYMPHONY NO. 5 (DISNEY)





CAMILLE SAINT-SAËNS - DANSE MACABRE.





PAUL DUKAS - THE SORCERER'S APPRENTICE (DISNEY)




FRANZ LISZT'S "HUNGARIAN RHAPSODY No. 2 (TOM AND JERRY)




FRANZ VON SUPPÉ - EL POETA Y EL CAMPESINO (ANDY PANDA)




GIOACHINO ROSSINI - EL BARBERO DE SEVILLA.




SERGUEI PROKOFIEV - PEDRO Y EL LOBO.


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